Hoy más que nunca hay que seguir bregando contra el Comunismo
Por ELEONORA BRUZUAL
Se ha generado una importante censura al Comunismo, sus regímenes de muerte y esclavitud, esta es La Declaración de Praga que condena al Comunismo por crímenes contra la humanidad y puede ser apoyada por las firmas de los que en el mundo luchamos contra este espantoso monstruo renacido.
Siempre me ha sorprendido como opinadores, analistas, periodista, políticos y en general hasta gente del común, sólo mantienen vivos los crímenes del Nazismo y el Fascismo como si sólo esos hechos — por demás espantosos — fuesen únicos. Como si esos crímenes resultaran la exclusiva cara del Mal en el mundo. Leyendo en la página de la Internet en la cual podemos dejar estampadas nuestras firmas de apoyo a La Declaración de Praga, comentan como recientemente las embajadas de Alemania y de Israel, así como la prensa, protestaron porque en un museo de cera en Tailandia se elaboró un afiche propagandístico con la imagen de Hitler y se cuestionan como si se coloca la cara del carnicero Jozef Stalin o — harto frecuente — la cara del asesino Ernesto Che Guevara nadie dice nada y peor aún, lo consideran normal, aceptable.
Para nadie — aunque se hagan los locos — es desconocido que donde ha llegado el Comunismo se han cometido espantosos genocidios, matanzas a disidentes y destrucción de valores, de economías, de libertades. Se ha generado la aterradora conversión del ciudadano en siervo.
Como bien resalta La Declaración de Praga el Comunismo ha cometido genocidios y matanzas múltiples, como la muerte por hambre de al menos siete millones de ucranianos o la matanza de Paracuellos del Jarama. La suma de muertos por los creadores del Hombre Nuevo supera los cien millones de seres humanos. Todos conocemos los campos de concentración del III Reich alemán, pero los lugares del horror comunista en la URSS o China, o en la Cuba castrista son casi desconocidos.
Piden en esta Declaración de Praga la divulgación de los crímenes del Comunismo, muchos aún en plena efervescencia, como el caso de China, Corea del Norte, Bielorrusia, Cuba y ahora en Venezuela donde un neotirano asume esa ideología del terror para eternizarse en el Poder.
Piden en esta Declaración de Praga la creación de mecanismos para impulsar la Memoria Histórica que levante en la humanidad el rechazo a una ideología generadora de muertos, crímenes de todo tipo y dolores infinitos a millones de seres en el mundo.
Y he querido compartir con todos mis oyentes esta iniciativa europea, porque no debemos los latinoamericanos seguir pasivos y resignados ante un avance evidente del Comunismo renacido, remozado y bautizado con motes engañosos pero siendo el mismo demonio devastador. No debemos los latinoamericanos y los hispanohablantes quedarnos pasivos y no reclamar la complicidad evidente de muchos, que desconozco las razones que los están llevando a aceptar lavarle la cara a la tiranía castrista y permitir la impunidad que agregue aún más iniquidad a las víctimas que por medio siglo esperan justicia. Esos que felices construyen novelas fantásticas con la saga sangrienta de los Castro y las traen casi como novelas rosa.
La Declaración de Praga debe ser más bien la declaración de todos los que nacimos para ser libres. No podemos dejar de denunciar y combatir este resurgimiento del Comunismo ahora en maridaje siniestro con el terrorismo, sea islámico o sea de cualquier otro cariz. Nuestra declaración, nuestra actitud militante es imperiosa, más cuando ese tiranillo cuartomundista y primario que es Hugo Chávez, manejado desde La Habana, este pasado domingo se desnuda al decir: “Peligrosa pamplina la de un muy específico y poderoso sector mediático y político: peligrosa pamplina la de los más recientes discursos del DAS. Peligrosa y patética la matriz que sostiene la plataforma mediática y que refleja una pauta común: Allanar el camino para la criminalización de Venezuela al estilo yanqui. Con variaciones, es la misma criminalización que contra Irak, contra Irán, contra Afganistán, contra Corea del Norte, contra Cuba, contra Bolivia, contra Ecuador: Un eje del mal hecho a la medida de los Estados Unidos.”
En fin, que opinar da miedo a veces. Pero cada ocho días debe sobreponerse uno a ese miedo para aventurar una nueva opinión. Otra más. O la misma de siempre, qué más da. Lo importante es seguir opinando. ¿Usted qué opina?
Aclárate. Publicado: 02-NOV-2009.