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Fusionismo

Por ALBERTO MANSUETI

¿Por qué en Latinoamérica predominan las izquierdas y centroizquierdas que nos mantienen en el Estatismo de siempre? Por la misma razón que hoy EE.UU. también tiene un Presidente socialista, como Paraguay y Haití.

Lo primero es aclarar eso de Estatismo. Una clasificación aproximada (no perfecta) de los sistemas de Economía Política sería así:

— De izquierda, los socialismos. Comenzando por los dos más radicales: El Socialismo Nacional (Hitler y sus seguidores) que es de “extrema izquierda” a pesar de cierta retórica conservadora y de orden; y el Socialismo Clasista (Comunismo) en todas sus variedades: Lenin, Stalin, Mao, Ceausescu, Pol Pot, Castro, Mugabe, etc.

— De centro, el Intervencionismo distributivo (Welfare State), por la igualdad a través el voto. Es el de las Terceras Vías: Socialismo Democrático, Socialismo Cristiano y Populismo.

— De derecha es sin duda el sistema de mercado; pero hay tres modelos distintos: El Intervencionismo de privilegios corporativos (“crony”) y “proteccionista” conocido como Mercantilismo; el Capitalismo Liberal, de libre mercado y gobierno limitado, que es de derecha porque busca la libertad dentro del orden; y el Anarcocapitalismo, que resulta la verdadera “extrema” derecha.

Ahora, ¿por qué el Estatismo gana siempre las elecciones? Y la pregunta que sigue: ¿Es posible el libre mercado con democracia? ¿O requiere Autoritarismo, como en los casos de los “dragones” del sudeste asiático y de Pinochet? Respuesta: Sí se puede con democracia, pero en base a una fuerte corriente política por libre mercado. Y eso se logra con el Fusionismo: La fusión de dos tendencias ideológicas de derecha pero a menudo antagónicas: Conservatismo político y Liberalismo económico. Esa unidad en el campo de la derecha explica los resonantes éxitos de la Thatcher y Ronald Reagan en los 80.

La derecha pierde cuando permanece escindida entre conservatismo político y Liberalismo económico:

— Buena parte de las clases medias adhieren a los valores tradicionales de orden social, familia y trabajo duro, por lo general en un contexto religioso. Pero se abrazan a la intervención del Estado, que creen esencial para la preservación de los principios que aman, y desean conservar, o restaurar. Su desconfianza del libre mercado les lleva a asociarse al Mercantilismo de las oligarquías de la derecha antiliberal, o a los intervencionismos de los políticos “de centro.”

— Libre mercado quiere una parte de las elites intelectuales y profesionales, disconforme con el tipo de orden vigente; pero frente a los principios y valores tradicionales en materia de estilos de vida y arreglos sociales, su posición es de indiferencia o de hostilidad. Y esa actitud les separa de las buenas gentes conservadoras de clase media, y les lleva a la esterilidad política.

El factor religioso es crucial: Los libremercadistas son en su mayoría escépticos agnósticos, y suelen ver en todo creyente a un irracional, enemigo de la libertad y del progreso. A su vez los creyentes asumen que los libertarios, por carecer de Dios, no tienen moral ni ley.

Incluso en los países ricos, esta separación de conservatismo político y liberalismo económico lleva a las izquierdas al poder, mediante el voto masivo; y allí las mantiene. A propósito se confunde la democracia — derecho al voto — con el sufragio universal o reconocimiento indiscriminado de ese derecho como absoluto, no importa si su titular es analfabeta, borracho, vago y mantenido o criminal. Así es como las naciones permanecen en crisis, o crónicamente estancadas.

Aclárate. Publicado: 16-SEP-2009.

Mansueti es Abogado y Licenciado en Ciencia Política.

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