No me conformo
Por JUAN CARLOS GONZÁLEZ
Algo que nos caracteriza a los venezolanos es que somos súper panas, amigables, buena gente, bebedores, simpáticos, rumberos, le sacamos un chiste a todo, nuestras mujeres son las más hermosas del mundo, somos trabadores, optimistas y "echaos pa'lante." Pero hay algo que últimamente he notado: Que somos muy conformistas.
¿A que me refiero? Muchas veces queremos salir hacia un lugar y estamos pendientes de si hay por ahí alguien extraño, alguien sospechoso que nos pueda atracar, tendemos a decir frases como: “Cuidado por esos lados porque atracan mucho;” “qué va, yo no voy 'pa´llá,' a ver si me roban;” “el otro día mataron a uno por ahí.”
Lo peor de todo es que se dice con mucha tranquilidad, quizás porque haya pasado a ser uno de los aspectos mas normales de nuestra vida cotidiana, hasta el punto de que llegamos a hacernos "panas" de los choros, huele pegas, piedreros y esos malandritos ladillas que no te pueden ver en la calle porque te piden mil "bolos."
Es tan normal escuchar disparos frente a la casa, que la gente ya los omite y sigue en lo que esté haciendo. Seguro muchos de quienes están leyendo esta nota les han atracado alguna vez. Aquellos pocos quienes por suerte no los han atracado, conocerán a muchos a quien si les han atracado y de repente conocen personas a quien les han dado un tiro. Gracias a Dios no murieron.
Ahora, con el racionamiento eléctrico, las idas y venidas de la luz. Me imagino que a muchos cuando se va la luz dicen la peor de las groserías o maldicen al régimen. El día en que se va, ya previamente tenemos todo arreglado, justo antes de que se vaya desconectamos todo para que nada se queme, proque no querrán pasar de nuevo por la frustración en la cual se les quemó algún electrodoméstico (por cierto, cosas muy costosas hoy en día).
Cuando están por pasar esas tres interminables horas de racionamiento, hay personas quienes cinco minutos antes en forma de parodia dicen: “faltan cinco” como si fuera a reventar el año. La verdad no es algo para reirse, pero así somos los venezolanos: De cualquier cosa hacemos un chiste.
Quizás muchos pierdan días laborales porque su trabajo requiere de la valiosa electricidad. Colombia ofrece electricidad, pero ¿el fenómeno El Niño no les afecta a ellos? ¿o será un fenómeno que sólo afecta a Venezuela exclusivamente? específicamente con sequía en la zona del Guri. Alguien debería responder estas preguntas. Ha hecho mas calor los últimos días y definitivamente estar sin aire acondicionado es simplemente infernal.
Para añadir al dilema, otros quienes en una ocasión pudieron considerarse algo más afortunados por tener un tanque de agua subterráneo, tienen bombas hidráulicas, pero por falta de luz también se quedan secos.
Ahora, por otro lado, eso también forma parte de la interminable lista de deficiencias: El racionamiento de agua. ¿Cómo vivir sin este preciado liquido? Es normal que entre el equipo mobiliario y electrodomésticos de la casa encotrar tambores llenos de agua. Nadie nunca puede predecir cuando nos la van a cortar.
Nos alegramos cuando llega la luz, estamos felices cuando podemos comprar dos latas de leche, decimos “gracias a Dios no me robaron” cuando pasamos por alguna calle peligrosa (que ahora prácticamente lo son todas).
Nos conformamos con lo que nos dan: Racionamiento de luz y agua, inseguridad, desabastecimiento, falta de empleo, devaluación, inflación, pelazón, hambre, malos servicios básicos, impunidad y muchas otras cosas que agobian a nuestra gente.
Nos conformamos con apenas murmurar nuestro desacuerdo con todas estas cosas que tanto perjudican nuestra calidad de vida y salud.
Sencillamente no me conformo con lo que veo, la calidad de vida de los venezolanos hoy en día está muy herida. No me gusta ver esta coyuntura entre nosotros; que si uno es rojo y el otro es verde, amarillo o azul; no me gusta ver que cada día hayan mas muertos en manos del hampa y la impunidad reine en esos delitos y no se haga nada para encarcelar a esos asesinos; no me gusta despertarme a media noche porque se fue la luz y el calor no me permite dormir; detesto cuando se va la luz y estoy viendo un buen programa de televisión; no me gusta bañarme con una perolita y un tobo porque me resulta incomodo; odio cuando prendo la llave del lavamanos y no sale agua, ando mal en la mañana cuando salgo de mi casa sin tomar café por la escasez de leche; no me gusta estar “pastelito” osea pegostozo; porque no hay agua para bañarse; no me gusta salir de mi casa con ese temor de si me pueden robar o no; me da tristeza ver esas guerras civiles entre lado y lado; me da dolor ver a nuestras mujeres dar a luz en esas maternidades y hospitales en mal estado; quisiera ver que en los supermercados no se peleen por una lata de leche o por una lata de mantequilla.
Sueño con un país libre, plural, seguro, con buenos servicios, generador de energía y oportunidades, creo en Venezuela y en todos los venezolanos, creo en ti y en mi como la nueva generación de relevo, creo en la libertad de expresión. Sueño con el día cuando llegue un presidente que no aborrezca a quién no está de acuerdo con él.
No importa del bando en la cual estés, sólo sugiero que exijas las cosas como deben ser. Toma conciencia, piensa en el futuro y en el de tús hijos, hermanos, nietos.
Después de toda esta disparidad que estamos viviendo, nos damos cuenta de que aquellas palabras de Winston Churchill de que "el Socialismo es la igual repartición de la miseria" hacen eco en los oidos de cada venezolano. Por esa razón, no me conformo.
Aclárate. Publicado: 27-FEB-2011.