— La política es como cualquier órgano interno del cuerpo.
— La política es como el sexo.
— La democracia es un juego que se juega con partidos políticos.
— La mejor política es el Liberalismo.
— La política de casa se juega en casa
Dicen que los ideólogos usan un lenguaje muy académico y profesoral, y que la gente no es erudita. En un esfuerzo por lograr que las ideas lleguen a un mayor número de personas, los ideólogos de hoy tratan de usar palabras simples, sencillas y claras. Con símiles y ejemplos.
La política es como cualquier órgano interno del cuerpo
Cuando por ejemplo la vesícula o cualquier otro órgano interno del humano cuerpo funciona bien, ni te enteras que la tienes, ni sabes del asunto. No te preocupa (a menos que seas médico). Hasta que un día tienes síntomas raros y vas al médico. Y te enteras que tienes vesícula (o lo que sea que no funcione); para qué sirve; cómo funciona bien; cómo es que anda mal; por qué causas se arruinó y dejó de ir bien; y cuál es el remedio (si lo hay).
En la política es igual. Con dos diferencias muy importantes:
— En política hay demasiados curanderos, y muy pocos médicos.
— Y el común de la gente no sabe diferenciar unos de otros.
Como consecuencia, cuando enferma la política de un país (el Gobierno, el Congreso, la oposición, los partidos políticos, etc.) los curanderos opinan y opinan, y la gente los escucha y los escucha una y otra vez. Entonces aparecen 1001 diagnósticos chimbos y remedios falsos, pero no la cura verdadera. Los males se agravan.
La política es como el sexo
La política es la actividad humana relacionada con el Gobierno. Pero ¿qué es el Gobierno? Ahí comienza el problema porque en política hay distintas visiones muy diferentes y opuestas sobre ese tema, y sobre todos los demás. La neutralidad no existe, en política al menos. Eres de izquierda o eres de derecha, lo sepas o no. Y si no lo sabes es mejor que lo aprendas.
La política es como el sexo (en el sentido de género): Eres hombre o eres mujer. O sea que no existen neutrales o asexuados. Hay algunos hombres y mujeres “término-medio” (hombres — no mujeres — a quienes les llaman pargos o patos; y mujeres — no hombres — a quienes les llaman, bueno, el punto ya es entendible), pero que no son “neutrales.” Es decir, así como si tienes testículos eres hombre y si tienes ovarios eres mujer, entonces si vas por el Capitalismo eres de derechas y si vas por el Socialismo eres de izquierdas. Así de simple.
Hay unos “término medio”: Los derechistas con devaneos “sociales” y los izquierdistas “suaves,” que sus practicantes llaman “centro.” Pero eso es un homosexualismo político que podrá ser divertido (para algunos), pero no sirve para nada más que para abrir paso al Comunismo, como pasó en Venezuela con Copei y Acción Democrática.
La democracia es un juego que se juega con partidos políticos
La democracia es una forma de Gobierno. A mí la democracia no me gusta mucho; al menos la de ahora, que es con sufragio universal y cualquiera puede votar. (Así nos va). Antes el sufragio era restringido y la democracia era distinta, mucho mejor. Pero nos guste o no la democracia — y sea el sufragio universal o no — es un juego que siempre se juega con partidos políticos.
Un partido político es un conjunto de personas que comparten una doctrina (de izquierda, de derecha o de ambas) a lo que los marxistas llaman “ideología.” Y un partido político tiene líderes, altos e intermedios (que llaman “cuadros”) y gente. Eso es un partido político: Doctrina, líderes, cuadros y gente. Y tienen que funcionar bien para que la democracia perdure:
— Una democracia es un sistema tan bueno como lo son sus partidos políticos y sus doctrinas.
— La doctrina es fundamental; el debate y discusión ideológica es clave para la supervivencia de los partidos políticos; y con ellos, de la democracia. Pero para eso hay que estudiar, y la gente en Venezuela es muy floja y no quiere aprender; por eso paga las consecuencias.
— Nos guste o no, los partidos son irremplazables. Los canales de televisión no pueden reemplazar a los partidos políticos, ni tampoco las iglesias, ni los equipos de fútbol, ni las ONGs, nada. Desde los 80 en Venezuela los medios informativos (y después las ONGs) pretendieron reemplazar a los partidos y así nos fue.
— Cuando los partidos se arruinan, democracy is over (termina la democracia).
La mejor política es el Liberalismo
La doctrina liberal es muy simple: Gobierno fuerte pero limitado. Por eso cuando la democracia es liberal, el Gobierno es muy chiquito y económico, puede funcionar bien, y la actividad política es muy reducida. Sólo personas con esa vocación se involucran en la política y los partidos políticos; y el resto de la gente, tranquilamente se dedica a sus actividades familiares, económicas, culturales, deportivas, etc. ¿El órgano del cuerpo funciona bien? Ni te enteras; no vas al médico y te desentiendes si no te interesa.
Pero cuando el Socialismo comienza a predominar — como en Venezuela desde 1945 — el Gobierno se vuelve obeso y todopoderoso hasta que la política se hace el factor decisivo. Demasiada gente se involucra, buscando mandar, vivir de ella, sobresalir, y hasta por otros motivos. Pero el Gobierno obeso colapsa y la política se enferma. Las instituciones se corrompen y pervierten. El mal se extiende; se contagian la economía y la educación. La gente comienza a sentir los síntomas; pero fija su atención exclusivamente en ellos, y no en las causas de la enfermedad, porque las ignora. Y florecen los curanderos, nadie escucha a los pocos médicos y las cosas empeoran cada vez más, y más rápidamente.
Este tema del Liberalismo lo desarrollo en términos más académicos en mis libros La Salida, El Embrollo y Las Leyes Malas.
La política de casa se juega en casa
Cuando la democracia is over (termina), y sus instituciones ya no sirven, entonces no hay OEA, ONU, Centro Carter ni nada ni nadie que lo arregle: Se resuelve en casa o no se resuelve; porque eso es domestic politics (política interna). ¿Los partidos se arruinaron en Venezuela? Entonces hay que hacer otros. En Venezuela hay que hacer un partido liberal por ejemplo. ¿Se fregó la democracia? Entonces hay que volver a la democracia liberal y achicar urgente el Gobierno.
Pero esa es tarea de los venezolanos; en la patria o desde el exilio. No podemos pensar que las instancias internacionales van a resolvernos nuestro problema. No. Porque la política internacional es otra cosa; es como dicen en Uruguay, “pelea de perros grandes.”
Aclárate. Publicado: 13-OCT-2009.
Mansueti es Abogado y Licenciado en Ciencia Política.