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Duro pero cierto

JOSÉ GREGORIO MENDOZA MENDOZA

Chamo, tranquilízate. Métete en la bañera, disfruta un buen trago y un cigarrito, como yo, y deja que el mundo siga dando vueltas. Después de todo cada pueblo tiene el "Régimen" que se merece y Venezuela no es la excepción.

Si te acuerdas, los venezolanos de oposición nunca salieron tampoco a las calles a protestar cuando Lusinchi vistió de generala a Blanca Ibáñez, ni cuando la graduó de doctora en leyes por televisión con toga y birrete, ni cuando esta partió a la cuidad de Nueva York en un avión Hércules de la Fuerza Aérea Venezolana, lleno de oro cochano extraído del Caroní, en compañía de Charles Brewer Carías, que era su ministro. Ni cuando Vinicio Carreras se robó dos mil millones de dólares y se fue a Londres a montar una agencia de viajes para regresar cinco años después con su causa legalmente prescrita, a escribir una columna semanal en el diario El Mundo, que se titulaba Contra la corrupción.

Tampoco nunca nadie salió a protestar en las calles cuando la barragana de Carlos Andrés Pérez (CAP), Cecilia Matos, llegó a Miami y compró nueve edificios cash (en efectivo) en el Miami Beach Strip (hoy South Beach) en 1976 a título personal, de un solo plumazo y con dineros de la nación. Nadie se quejó de que CAP le regalara un barco a Bolivia, ni que en Sidor compraran equipos de calefacción para las oficinas de Pto. Ordaz, que obviamente nunca fueron instalados. Los Jeeps de Ciliberto: Acto doloso, roñoso, ramplón, vergonzoso y vulgar cometido por José Ángel Ciliberto, ministro del interior durante la gestión de Jaime Lusinchi. Ciliberto fue acusado de usar indebidamente el dinero de la partida secreta de su despacho para comprar 65 Jeeps que fueron activados por Acción Democrática (A.D.) en la campaña de 1988. También los negocios dudosos de Rafael Tudela R., en producción petrolera, energía, hoteles, finanzas, real estate inmobiliaria y construcción, ni de la sociedad para delinquir contra los ciudadanos desprevenidos y el Estado venezolano constituida por Gustavo Cisneros Rendiles y Pedro Tinoco.

No recuerdo que nadie haya explotado con manifestaciones callejeras cuando Diego Arria se guisó aquellos millones de verdes con los buses Leyland, o cuando CAP le dio a varias familias oligarcas concesiones por 100 años sobre islotes de Los Roques (Madrizqui, Francisqui, etc). Nadie se quejó cuando Luis Herrera puso a su compadre Alí Cordero Vale al frente de FIVCA (entidad financiera del Banco Industrial de Venezuela) para robarse más de 700 millones de dólares durante su gestión, ni cuando doña Betty de Herrera se enquesó en la Fundación del Niño.

Nadie dijo nada cuando CAP se coronó como un rey al iniciar su segundo mandato, con Fidel Castro como invitado especial y más de 300 invitados internacionales. Nadie dijo nada cuando quemaron el edificio sede de aquellos Juegos Panamericanos (al lado de la Plaza Venezuela) para destruir la evidencia de corrupción de lo que se habían robado a raíz del evento, en el cual, sólo con lo que supuestamente habían invertido en Venezolana de Televisión en aquel momento, el robo sobrepasaba los 300 millones de dólares. Ni cuando el Zar de Guayana (el adeco Leopoldo Sucre Figarela) se enriquecía groseramente.

Si me pongo a hacer memoria voy a pasar toda la noche escribiendo de como los venezolanos siempre se han dejado joder por los saqueadores y se han hecho cómplices pasivos sin hacer un nada.

La diferencia es que ahora se están dejando joder por los comunistas, lo cual es harina de otro costal. Pero igual no les importa un bledo mientras encuentren donde y como guisar, por ahora. Son tan brutos que creen que éste es sólo otra mala gestión, sin darse cuenta de que con los comunistas se les acabó su forma de vida conocida, para siempre. Pero ¿qué le vamos a hacer? Los venezolanos son así de pendejos.

Venezolano es venezolano y aunque coma escremento seguirá pensando que es la última Coca-Cola del desierto; por eso están jodidos y lo seguirán, porque como se creen tan arrechos y son tan arrogantes (los comparo con los argentinos), se les hace imposible unirse y ponerse de acuerdo, por aquello del "quítate tu pa' ponerme yo" que siempre ha sido su consigna como compatriotas.

Por eso están y seguirán jodidos y presos en su propio país, por décadas.

Si te fijas bien, el venezolano opositor es en su gran mayoría engreído, racalcitrantemente proselitista, racista y sobrado en todo. Dice sabérselas todas. Es egoísta, mentiroso y tracalero, hipócrita e interesado, muy materialista y hasta mal intencionado cuando las cosas no le salen como esperaba. No respeta a los humildes, ni a los mayores, ni a los negros. La mayoría son nuevos ricos, que hicieron billete guisando con las gestiones anteriores sin trabajar. Ese es el venezolano que iba a la Plaza Altamira a derrochar físico durante el paro. Los mismos que se asustan cada vez que oyen disparos en una marcha o empiezan a comer gases lecrimógenos. Son puro relincho y peo; no tienen cojones.

La "cleptocracia" de los últimos 50 años sólo sirvió para crear bodrios humanos que saquearon al país sin mayor esfuerzo. Gente sin principios, si ética, sin moral, sin escrúpulos. Son los mismos que tomaban whisky 12 años (cuando no existían los de 15, 18 y 25 años) con agua de tempano glaciar, importada de Alaska.

Son los que aprendieron a comprarle Rolex de oro al culito de turno y contratar a la Billo`s hasta para celebrar el cumpleaños de la abuela. Son los que obtuvieron préstamos del gobierno que nunca pagaron y con los mismos se edificaron mansiones en La Lagunita. Son los que viajaban a Miami en colitas aéreas de PDVSA, sólo para comprar blue jeans o pasar una noche rumbeando en El Mutiny. Son los que ponían a sus empleados a lavar sus carros para llegar brillantes a las fiestas oligarcas. Son los que llegaban a Miami diciendo "ta barato dame dos."

Son los que pagaban a un gestor para que les borrara las deudas de impuestos que nunca pagaban. Son los que pagaban a un gestor para que les sacaran un porte de arma sin haber tocado una, jamás. Son los que amenazaban a cualquier policía, porque se sentían "pesados" gracias a sus contactos en el gobierno de turno. Son los que se las pasaban en burdeles y en la Ave. Libertador buscando transformistas y luego aparecían los domingos en las iglesias de sus urbanizaciones hablando de moral, familia, civismo y sociedad.

Todavía esperamos que el fósil de Henry Ramos Allup publique la prometida lista de gente de la oposición que hacen vida conchupante con el régimen. Que se acuerde de incluir en ella a su mejor testaferro, el italiano mafioso que es su suegro. Nadie dijo nada cuando Ramón J. Velásquez (para tapar el escándalo del ballet rosado de su hijo Gustavo Luis Velásquez, ex consultor jurídico del palacio de Miraflores) indultó al archi conocido narcotraficante Larry Tovar Acuña.

Y de los militares de la cuarta república, mejor ni hablar. Son la escoria más grande que jamás haya existido y así lo han demostrado. La gran mayoría tenían (o tienen) dos o tres mujeres y varios muchachos regados. Todos saben más de whisky que de armamentos y tácticas de guerra. Nunca han ido mas allá del polígono, si de echar plomo se trata. Todos han estado incursos en algún guiso como comisionistas, en la medida en que su rango se lo haya permitido. Todos eran (son) prepotentes y les encantaba soslayar y hacerse sentir, donde quiera que llegaban. Todos se creían muy arrechos y muy por encima del resto de la sociedad.

Por todas esas prolongadas distorsiones morales de nuestra sociedad opositora es que el pueblo pata al suelo se encojonó y decidió darle el trasero a Chávez.

Ellos bien saben que no estarán mejor ni vivirán mejor en Comunismo, pero están gozando una bola viendo como todos los vagos chupa sangre recién vestidos terminan igual de jodidos que ellos. El miserable venezolano no aspira justicia ni superación de su nivel de vida. Sólo aspira ver a los ricos comiendo escrementos, igual que ellos, para que todos sean iguales. Es decir, al igual que Chávez, lo que quiere el pueblo es que todos coman escremento parejo (tal como lo hizo él en sus años mozos en casa de sus padres o abuela). Al menos así lo entiendo.

Amigo, olvídate del tango y comienza a bailar bolero: Venezuela no tiene una salida electoral del Comunismo. Hay que reconocer que la única razón por la cual entró el Comunismo en Venezuela es porque como dijo Bolívar: “Moral y luces son nuestras primeras necesidades.” Carecemos de valores, de integridad como ciudadanos y sobre todo; carecemos de dignidad. Somos una sociedad de cómplices.

Les llegó la hora de bailar el son que les toquen los cubanos, así de simple. Por algo será.

"Puedes robar si tienes hambre.”
Chávez

“Señores aquí no ha pasado nada.”
Jóvito Villalba

“En Venezuela no hay razones para no robar.”
Gonzalo Barrios

“En Venezuela un escándalo tapa a otro escándalo.”
Rómulo Betancourt

Aclárate. Publicado: 26-NOV-2009.

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