Los animales no tienen derecho
Por RAUL KIDD
En gran parte del mundo desarrollado (como siempre el Socialismo es cosa de ricos) se ha puesto de moda aquello de los "Derechos de los Animales," una forma de crear leyes para evitar lo que llaman el maltrato a los animales.
El asunto no es baladí porque ya han habido medidas que atentan claramente contra la libertad individual: La prohibición de las corridas de toros en algunas regiones de España, la prohibición de peleas de perros en algunos lugares de Estados Unidos y así en cada país puede usted encontrar algún ejemplo sin esforzarse demasiado. El problema de estas leyes es que empiezan prohibiendo las peleas de gallos y terminan convirtiéndonos a todos en vegetarianos en nombre del bien común.
El problema con la palabra "derecho" es que hoy en día puede significar cualquier cosa, lo que ha facilitado la creencia popular de que cualquier cosa que los políticos escriban en las leyes que es un derecho, se convierta de facto en un derecho. Para asegurarnos de que estamos hablando de la misma cosa los únicos derechos legítimos que existen son los inherentes a la condición natural del ser vivo: Vida, libertad y propiedad privada. Con los dos primeros todo el mundo está más o menos de acuerdo mientras que con el último usted va a estar de acuerdo dependiendo de quién usted sea, pero dejémoslo para otra entrada.
El problema es que los derechos acarrean una responsabilidad: Así como usted tiene derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada los demás también tienen esos derechos y usted tiene la responsabilidad de respetarlos. No hacerlo, entonces, acarrea la consecuencia de perder sus derechos. Es la razón por la que un asesino a menudo es condenado a muerte, a la cárcel o a indemnizar a la(s) víctima(s). (vida, libertad y propiedad privada).
Aquí es donde llega el tema de los animales: Los animales no pueden tener el derecho por el simple hecho de que no pueden comprender que tienen derechos ni mucho menos respetar los derechos de los demás. Es imposible exigirle al gato que no se coma al ratón porque el ratón también tiene derecho a la vida. Es también imposible pedirle al elefante que no se divierta matando rinocerontes. Por más que se los expliquemos jamás podremos hacerles entrar en razón.
Los animales no tienen la capacidad de entender que tienen derechos y que deben respetar los de los demás, luego es imposible decir que tienen derechos.
No es el mismo caso con los bebés humanos: Si bien es cierto que de momento no pueden entender que tienen derechos ni respetarlos, también sí es cierto que tienen el potencial de hacerlo. Un porcentaje virtualmente del 100 por ciento de todos los bebés logrará desarrollar esta capacidad en algún momento. Este potencial es que da a los bebés humanos ciertos derechos que los animales no tienen. Y digo "ciertos" porque incluso los bebés no tienen todos los derechos que tienen los humanos adultos sino que se les van suministrando según aumente su capacidad para entenderlos.
Lo mismo sucede con un discapacitado mental. Sus derechos les serán otorgados de acuerdo a su capacidad de entender los derechos de los demás: Un enfermo mental que sólo atina a intentar matar personas en cuanto se le da algo de libertad no puede tener derecho a la libertad. De la misma manera que un criminal pierde sus derechos cuando viola los de los demás.
Ahora bien, si algún dia los animales logran adquirir la capacidad de entender sus derechos y entender los de los demás entonces sí podrían tener derechos.
Aclárate. Publicado: 01-AGO-2010.
Kidd, el autor, no es precisamente un amante de los abusos a los animales. De hecho, si todo el mundo fuera como Kidd no habría corridas de toros ni peleas de perros. Por no haber no habría ni siquiera animales "esclavizados" con el nombre de mascotas ya que Kidd no es un propietario de animales ni pretende serlo en el futuro. El problema es que Kidd es sólo uno en un mundo de seis mil 500 millones de almas y Kidd no es más importante que ninguno de ellos para ordenarles qué hacer con su libertad y con sus animales.