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Lo humanamente posible

Por BRICEIDA PERDOMO

Recientemente escuché a Yanet, la cubana del módulo cerca de la casa, tratar de ganarse la confianza de una mujer, diciéndole: "No se preocupe señora, que yo no soy revolucionaria. Yo soy muy humanista."

Unos días después había un reportaje noticioso dónde los diputados del "frente humanista" denunciaban algo desde las puertas de la Asamblea Nacional. El mismo día en el Metrobús, un joven le contestaba a otro que ellos en Primero Justicia (PJ) eran "centro humanistas."

Pudo haber sido coincidencia, pero cuando ahora oigo a una mujer de Un Nuevo Tiempo (UNT) echarme una labia de Humanismo, ya entro en sospecha, sobre todo cuando usa las mismas palabras que empleara Stella Lugo, gobernadora del Estado Falcón, durante su campaña de las votaciones del 23N-2008. La gota que rebosa el vaso fue el domingo cuando el párroco en su sermón también incluye algo sobre el Humanismo.

Cualquiera puede intuir de qué tenía que haber algo en común entre toda esta gente que no se pueden ver ni en pintura, pero sin embargo todas con un discurso similar a flor de boca. Así que lo convertí en un trabajo de investigación.

Orígenes

El Humanismo tiene una historia larga y su definición ha sido manipulada hasta la saciedad, hasta el punto de que para muchos el concepto de Humanismo es actualmente uno de los más indeterminados y contradictorios.

Se sabe que surgió en Europa entre los siglos XIV y XVI como un movimiento intelectual centrado en el hombre como modelo e inspirado en la lengua y la literatura. El Humanismo pretendía una formación integral del hombre, es decir, saber de todo.

Por milenios, personas pensadoras le fueron desarrollando de una forma u otra, pero al mismo tiempo ese tratar de saber de todo adquirió una tendencia hacia la especialización o el saber mucho de una materia, aunque se desconozca lo elemental de otras muchas.

La realidad luego sería otra. Pronto sus practicantes le vieron como un contraste a prevalecer ante el pensamiento religioso. Si bien era cierto que enfatizaba la dignidad y el valor humano del individuo, poco a poco fue rechazando la necesidad de someterse a la autoridad de algún ser o un creador divino cuya existencia nosotros sólo podemos postular, pero no la podemos demostrar

Esto llevó al surgimiento de dos tendencias hacia mediados del Siglo XX: El religioso y el secular.

Humanismo religioso

El Humanismo religioso es una corriente religiosa que busca integrar la filosofía del Humanismo con rituales religiosos y creencias centradas en la ética, el avance científico, las necesidades y aspiraciones humanas, rechazando toda referencia a entidades o principios sobrenaturales.

El Humanismo religioso, tal como se entiende a partir del Siglo XX, rechaza toda revelación, la moralidad basada en normas dictadas por una divinidad y todo aquello que pueda calificarse de sobrenatural. Se distingue del llamado humanismo secular en que mantiene formas de organización y prácticas similares a las de las religiones convencionales, aunque desprovistas de todo contenido milagroso o sobrenatural.

Humanismo Secular

Propone una ética racional basada puramente en la experiencia humana. La felicidad humana y la justicia social son los principales objetivos de la ética del Humanismo secular.

El Humanismo secular ocupa un punto del espectrum de las orientaciones reformistas (reconocida vertiente del Socialismo), manteniendo su tendencia ateísta (como es obvio).

El Humanismo contemporáneo continúa siendo una casa dividida, como todo aquello donde los saqueadores meten la mano (con todo y pata).

Sorprendente hallazgo

A raíz de la caída del muro del Berlín, algunos grupos de socialistas pasan a cobijarse bajo el movimiento humanista. Para entonces, en el mundo libre el ser socialista no era sólo algo de mala reputación, sino que hasta de mal gusto, así que en su esfuerzo de lograr una aprobación por parte de la sociedad, era más aceptable declararse humanista antes que socialista. Desde entonces los socialistas han venido usando el humanismo para lavarse la vestimenta.

En cuanto a los cubanos, desde luego que a la gente le cae mejor si les ven como humanistas y no como parte de una plan un invasor o agresor revolucionario. Si es por los políticos, bien sean oficialistas o socialistas de oposición (como bien lo son PJ y UNT), pues eso del Humanismo suena mucho mas humano que el ya rayado Socialismo de cualquier siglo. En cuanto el sermón del párroco, bueno, la iglesia no es una institución inmune al Socialismo e inclusive congregaciones enteras se dedican a ello, tal es el caso más obvio el de los Jesuítas.

Para efectos de la investigación, el común denominador entre todos ellos es: El Socialismo.

Los humanistas no son otra cosa que saqueadores que tratan de hacer lo humanamente posible para seguir desvirtuando, distorsionando, confundiendo y engañando al pueblo para poder continuar con el saqueo socialista, con su cara muy limpia (de paso) y en el nombre de la humanidad.

Aclárate. Publicado: 23-AGO-2010.

Perdomo es estudiante de filosofía en la Universidad Central de Venezuela.

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