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Fue el golpe más duro

Por JESÚS MIJARES

En días recientes los desmemoriados les tocó revivir la persecución, cierres y censura a medios en la gestión de Alberto Feredrico Ravell como director de la Oficina Central de Información durante el primer período de Carlos Andrés Pérez y el quinquenio de Jaime Lusinchi.

Verdaderamente los venezolanos están caóticos de la memoria. Pero hay trabajos que se hacen necesarios y es por eso que hoy la refrescada de memoria va con otro de los "ahora paladines" de la libertad de prensa, opinión y expresión.

Para ello es necesario recordar al número uno de la televisión, Renny Ottolina. En 1973 le fueron cerradas las puertas para siempre al Show de Renny y Renny Presenta. Literalmente Ottolina fue corrido de la televisión venezolana.

En ese año a Ottolina se le venció su contrato como productor independiente de Radio Caracas Televisión. Desde 1961 Ottolina renovaba el contrato cada dos años, pero con el tiempo se hizo del criterio Marcel Granier, de que Ottolina representaba una carga económica para el canal de Bárcenas y que por consiguiente no era rentable. Por otro lado (la real causa), Granier alegaba que Renny se les había convertido en un problema pues "no podían controlarlo" y representaba una amenaza a los intereses del canal.

No conforme con ello, Granier no sólo se ocupó de sacar a Ottolina del canal dos, sino de todas las plantas de televisión existentes. Junto con Hernán Pérez Belisario se dieron a la tarea de reunirse con cada uno de los dueños de plantas de televisión, para venderles la idea de que debían actuar en conjunto y acordar el no renovarle la concesión o espacio de televisión a Ottolina, donde éste pudiera producir sus programas independientes.

Resolvieron que si Ottolina quería hacer televisión tendría que aceptar trabajar como empleado del canal, sujeto a las restricciones que el canal le impusiese. Eso significaba para Ottolina dejar de tener su programa propio e independiente, sin censura ni restricciones.

Ciertamente, Ottolina con su hora diaria ganaba más que el canal entero con todas sus horas de programación combinadas, pero eso no era para despojarle de su derecho a ejercer con plenitud su libertad de expresión.

Es así como Ottolina fue excluido de la televisión venezolana. "Fue el golpe más duro que hasta ese momento hubiese experimentado en su vida," su hija Rhona dijo. "Papá comenzó a morir el día que le cerraron las puertas de la televisión."

"La televisión no era un trabajo para papá, era su vida. Con la salida de Renny de la televisión se le negó al país, a las generaciones por venir, el poder disfrutar de un talento excepcional; nutrirse de la vanguardia de un hombre," Rhona Dijo. "Renny educaba, era ductor y tocaba el corazón, espíritu e inteligencia de los venezolanos, porque era un profesional de altura que conocía y comprendía el sentir de su gente, de su país y la gran responsabilidad que tenia el poder de la televisión."

Ottolina es y sigue siendo el mejor. Con las siguientes palabras Ottolina se despidió de los televidentes:

"Hoy es mi último día en la televisión venezolana. Los dueños de las plantas han decidido quitarme la concesión como productor independiente, no me será renovada. Están en su derecho, pero ellos pretenden que yo sea empleado de ellos y que sean ellos los que me digan a mí que puedo decir y que no puedo decir en televisión. Censurarme. Me muero de la risa de solo pensar que un Marcel Granier o un Peter Bottome me digan a mí, qué puedo o no decir y mucho menos que me vengan a dar órdenes de cómo puedo yo hacer o no hacer mi programa de televisión. No ha nacido en Venezuela quien me pueda decir a mi, cómo hacer televisión. Así pues a partir de hoy, quedo fuera de la televisión venezolana."

Eso hizo Granier.

Aclárate. Publicado: 08-OCT-2009.

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