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¿Qué es la democracia?

Por LARRY NIEVES

El término democracia fue inventado en la Grecia clásica (500-250 a.d.C.). Originaria y etimológicamente significa gobierno del pueblo, donde el pueblo (demos) se refería a los ciudadanos. Hoy en día cabe distinguir dos sentidos en los que se emplea la palabra democracia: Uno procedimental y otro estructural. En cuanto a la primera acepción, el término refiere a una forma de votación por medio de la cual se toman decisiones colectivas para la elección de gobernantes. En base a la segunda acepción, democracia describe unas cualidades particulares que una sociedad debe de cumplir, como la participación popular, la libertad, la igualdad o el derecho de las minorías, para considerarse democrática.

Esta es la definición de democracia del Diccionario de términos claves para una sociedad libre y virtuosa del Insituto Acton. Desde el punto de vista procedimental la democracia es simplemente la forma de gobierno en la que los conductores del Estado son electos por mayoría en votaciones. Este carácter es fundamental y determina todas las demás características de la democracia como sistema de gobierno.

Los demócratas modernos insisten que una bajo una "verdadera democracia" el poder del Estado está limitado por una Constitución, está divido entre entes autónomos (la entelequia de la "división de poderes") que se balancean y vigilan los unos a los otros y las minorías ven respetados sus derechos por las mayorías. Estos elementos supuestamente garantizan que sólo bajo un gobierno democrático el hombre puede ser verdaderamente libre. Tanto así que la palabra "libertad" y la palabra "democracia" son sinónimos para todos los efectos prácticos en el discurso político.

Esta es una de las falacias más grandes de la humanidad

La falla de los demócratas consiste en pensar, explícita o implícitamente, que las reglas y leyes establecidas en una Constitución se hacen cumplir por el mero hecho de estar escritas en papel. En democracia, una mayoría puede reescribir las reglas delineadas en la constitución, abolir la separación de poderes y violar los derechos de la minoría. El mero hecho de la superioridad numérica le otorga "legitimidad" y la habilita para establecer una tiranía mayoritaria.

De hecho, a la mayoría ni siquiera le hace falta cambiar la constitución para destruir los derechos y la libertad de las minorías en un sistema democrático. Basta con "interpretarla" de la forma más amplia posible. Y como los entes que en una democracia supuestamente están encargados de mantener en línea al gobierno también forman parte del estado y, en consecuencia, son dirigidos directa o indirectamente por la mayoría, cualquier intento de hacer cumplir una interpretación más estricta de la constitución está destinado al fracaso.

Pongamos un ejemplo elemental. Todas las constituciones venezolanas a lo largo de la historia han garantizado el derecho a la propiedad privada. A un ciudadano no se le pueden expropiar bienes en su posesión, excepto en casos de utilidad pública. Eso dice La Constitución. Sin embargo, el concepto de "utilidad pública" siempre queda indefinido (con mucha razón, pues es un concepto indefinible objetivamente), con lo cual queda a la interpretación del estado qué es utilidad pública. A la mayoría en el poder siempre le conviene tener una interpretación lo más amplia posible de "utilidad pública", mientras que a la minoría en la oposición —y en última instancia al individuo— siempre le conviene una interpretación lo más estricta de lo que es "utilidad pública". En el mejor de los casos, el conflicto se dirime en un Tribunal Constitucional, que es siempre parte del estado y que, por lo tanto, siempre estará a favor de la interpretación amplia. El individuo siempre tiene todas las de perder en tal conflicto. Y es así con todos los demás derechos y garantías establecidas en todas las constituciones democráticas.

Se sigue de lo anterior que la libertad, entendida como ausencia de coacción, es incompatible con un sistema de gobierno democrático (de hecho, la libertad es incompatible con el estado en cualquiera de sus formas).

Se puede argumentar, con mucha razón, que las fallas anteriores son inherentes a cualquier forma de estado. Es correcto. Pero la democracia en particular es la forma de gobierno que tiende a manifestar dichas fallas de la manera más atroz. Si no nos queda otra opción que tener gobierno, ciertamente la peor opción es tener un gobierno democrático. La razón de ello es de naturaleza económica y no entraré en dichos detalles para mantener la historia corta.

Lo anterior no quiere decir que todas las democracias son igual de malas. Algunas formas de democracia avanzan más lentamente hacia su implosión definitiva, pero todas sufren de los mismos defectos estructurales y están sometidas al mismo conjunto de incentivos negativos. Qué tan rápida y efectivamente dichos incentivos actuan depende de factores específicos, cultura, historia, etc. Pero siempre que haya democracia, la libertad está en peligro.

Cortesía del Liberal-Venezolano.net. Publicado: 25-AGO-2010.

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