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Esto no tiene vuelta atrás

Por AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ

En un debate abierto sobre los Ni-ní, tema al que nos referimos en nuestro artículo Los Ni-ní son los únicos culpables (Aclárate 07-NOV-2009), se nos preguntó: ¿Usted lo que dice es que esto no tiene vuelta atrás y que tenemos revolución para rato?

Y se señalaba que ante el crecimiento de esa población, descontenta tanto con el oficialismo como con el pasado-IV República, ahora se pretendía estigmatizarla y verla como la culpable de nuestros males políticos.

Uno de los muchos amigos lectores que nos escribieron, Shiva Keli, sostiene que los partidos políticos: “Ante la pérdida del mercado electoral, falta de interés y confusión ciudadana, no tienen otra respuesta que calificar como Ni-ní a quienes se niegan a comprar su limbo etéreo. Y no se dan cuenta que llaman Ni-ní a la sumatoria de millones de ciudadanos pensantes en la búsqueda de un rumbo cierto, cansados de los estafadores de esperanza colectiva, destructores del porvenir y vendedores de espejismos.”

Y concluye Shiva: “Pues bien, a los críticos de todo calibre les digo que los Ni-ní no existen. Lo que existe es la conciencia colectiva ciudadana cuya masa crece, directamente proporcional, con las promesas incumplidas, desastrosos resultados de gestión, actuaciones e incompetencia manifiesta.”

Y la alarma se crea cuando los partidos, desde el 15-AGO-2004, ven agotadas sus reservas electorales que ya no les garantizan el regreso a las esferas perdidas desde diciembre de 1998. De allí que se comience a utilizar el calificativo despectivo: Ni-ní.

Ningunos Ni-ní: HARTOS del Socialismo. Cortesía de Datanalisis.

Y se llega a leer acusaciones, como la que hace Milagros Socorro (El Nacional 08-NOV-2009): “Los verdaderos Ni-ní de Venezuela no están en el abanico político, sino en la sombra del misterio, donde, como decía el Libertador, no trabaja sino el crimen.” ¿Habrá que pensar que están en la sombra de la abstención para asesinar a este glorioso "Socialismo democrático y revolucionario"? Un crimen de tal naturaleza, acometido por quienes están fuera del abanico político, no se puede permitir.

La confusión es profunda y extendida. Hay quienes afirman que la mayoría de la población votante, en la posición de lo que denominan Ni-ní, no tendrá participación directa y consciente en los próximos eventos electorales y que la primera minoría, en consecuencia, será la triunfadora.

Y la culpa de que dos minorías disfruten del mando-poder es entonces de los "no alineados." ¿Tiene esto algo de verdad? Estamos ante una situación inédita. Quienes supuestamente no forman parte del abanico político son el centro de las perspectivas políticas.

Y aquí se impone invocar la tesis según la cual mientras no surja un verdadero sujeto político opositor que se ubique más allá del acuerdo-negociación y la complicidad, este régimen seguirá en su rumbo de destrucción.

La responsabilidad de la mayoría es más que evidente. ¿Y como proceder a organizar ese colectivo? Hemos esbozado algunos esquemas, pero todos parecen chocar con la realidad del miedo-angustia-temor. Y por esta vía también seguirá con vida "el proceso socialista."

Y en caso de un estallido, si no hay una fuerza social organizada que le sirva de base, el régimen procederá a tomar las medidas necesarias para salvar "su revolución."

Por ello, no se trata simplemente de que pensemos que este régimen no tiene vuelta atrás, sino que mientras no se mueva el colectivo hacia una firme posición de porvenir, tendremos que contar la historia de un destrozo profundo, continuado, perverso que ahora se quiere teñir de guerra para que el héroe se gradúe al fin de Padre de la Patria, capítulo II.

Aclárate. Publicado: 13-NOV-2009.

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