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El Estatismo no funciona

Por ALBERTO MANSUETI

A continuación Aclárate ofrece extractos del libro Las leyes malas y el camino de salida del profesor Alberto Mansueti.

Pero resulta que los Gobiernos han asumido otras funciones muy distintas, en las que sus rasgos esenciales son disfuncionales. Y no pueden cambiarlos porque no pueden cambiar la naturaleza del Estado.

— Comenzaron ya en el Siglo XVIII con la educación, en base a ciertos supuestos: Que los padres no enviarían a sus hijos a la escuela si no fuesen forzados a hacerlo; que la educación estatal sería “gratuita”; y que además sería “neutral” en materia religiosa. Pero el primer supuesto es por completo falso. La gratuidad no existe, lo que hay es financiamiento con impuestos. Y la neutralidad religiosa tampoco es tal cosa sino catequización en la religión del humanismo secular iluminista evolucionista, idólatra y estatista en lo político. Los resultados observables en la calidad de la educación estatal han sido y son muy pobres; pero el Estado no retrocedió. Al contrario.

— En tanto la democracia se extendía, asumieron los Gobiernos la atención médica y las jubilaciones y pensiones además de la educación, buscando control sobre la masa electoral a través de los niños, enfermos, ancianos y viudas. En estas funciones el Estado también es en comparación poco ineficaz, y despilfarrador; sin embargo también las tomó para sí. Y con el pretexto de cumplirlas todas, propias y usurpadas, reclamó cada vez más amplias potestades, y más impuestos y crédito (I Sm 8), acumulación de poder y dinero en las mismas manos agigantó la corrupción.

— Pero los dineros no alcanzaron a los Gobiernos. Apelaron a la máquina de imprimir billetes, reclamando para sus Bancos Centrales el monopolio de la emisión de un dinero cada vez más desligado del oro. Con este recurso en sus manos, y para crear una ilusión de prosperidad y bienestar, los Gobiernos provocan cada tanto un “auge” económico artificial, expandiendo los medios de pago circulantes, mediante tres instituciones estatistas que distorsionan los mercados y les impiden servir a las necesidades humanas y sociales:

• El dinero de papel y sin respaldo que emiten masivamente los bancos centrales.

• La banca de reservas fraccionarias que multiplica aún más los medios de pago.

• Los recortes artificiales en los tipos de interés decretados oficialmente.

En los años 20, estas manipulaciones expandieron brutalmente la masa de dinero y medios de pago en EE.UU. La inflación creó al principio una bonanza artificial, meramente ilusoria y por supuesto temporal: Los locos (“ruidosos”) años 20. Los agentes económicos leyeron las señales equivocadas emitidas bajo el gobierno de Hoover, previendo como rentables inversiones que no lo eran. Y en consecuencia tomaron decisiones erróneas, que después debieron corregir y así los precios cayeron: Esa fue la crisis o fase recesiva del “ciclo económico” producido por el Estatismo en 1929. Después Roosevelt, en lugar de aflojar las riendas sobre los mercados hizo todo lo contrario: Decretó bruscos aumentos en los aranceles; el gasto público y los impuestos; con leyes de salarios mínimos; controles de precios, actividades productivas y comerciales; con lo cual agravó y prolongó la recesión.

La gente no lo sabe y muy pocos economistas lo admiten, pero este es el origen y causa de los “ciclos” de la economía, con sus crisis y recesiones que inevitablemente devienen con posterioridad a cada fase alcista, y de las cuales los estatistas culpan al mercado. Pero es el estatismo lo que desordena y empobrece a la economía. Y a la sociedad entera. Ahora es igual.

— Ante las recurrentes crisis, carestías y pobrezas, ¿rectificaron los Gobiernos, devolviendo a la sociedad y a los mercados sus funciones, y atendiendo mejor a las suyas propias? No, al contrario. A lo largo de todo el Siglo XX, y pretendiendo “resolver” los problemas que causan, los políticos y burócratas han metido y meten sus manos “visibles” en la economía entera: primero en el comercio, transporte, banca y servicios; después en la producción industrial; y por último en las actividades agropecuarias. Así no remedian los males, los agravan y multiplican.

Un par de ejemplos aleccionadores sobre la acción del Estado: Alcohol y drogas. A comienzos del Siglo XX el Gobierno de EE.UU. decretó su prohibición, apelando así a su recurso propio: La fuerza. En ambos casos el tráfico ilícito a muy altos precios trajo consigo poderosas bandas criminales, violencia y corrupción; pero con las bebidas alcohólicas terminaron estas tragedias cuando el Gobierno de EE.UU. rectificó. Pero con las drogas otros Gobiernos del mundo siguieron los mismos pasos, y ya no rectificaron, y pagamos las consecuencias.

Aclárate. Publicado: 16-OCT-2009.

Mansueti es Abogado y Licenciado en Ciencia Política.

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