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La sotana no es problema
Por Mons. OMAR RAMOS CORDERO
Resonó mucho la orden — así como suena — orden, del canciller Maduro a los Obispos de que se quitaran la sotana y se fueran a la calle a hacer política. Lo decía con energía, alterado, disgustado de que los Obispos trasmitieran a Venezuela el "Documento de Aparecida y sus propias Exhortaciones Pastorales" sobre el momento que vive el país.
Con mucho respeto, porque mi Iglesia en su Doctrina Social y la santa Biblia (Romanos 13,1) me dice que toda potestad legítima viene de Dios, aunque después algunos no la ejerzan bien.
Primero.- Las órdenes las reciben los Arzobispos y Obispos no de la cancillería sino del Santo Padre de Roma.
2.- Sus exhortaciones (las del Santo Padre de Roma) no son meterse en política de partido, sino en cuestiones de orden moral, que tocan a todos sus hijos bautizados. La delincuencia por ejemplo que está que "juega garrote" es una violación del quinto Mandamiento del Decálogo que corresponde enseñar a la Iglesia. Sería el colmo que se le prohibiera a la Iglesia enseñar catecismo. En Cuba se le enseña los niños que Dios no existe.
3.- La sotana no impidió a San Antonio, a San Vicente de Paúl, A San Juan Bosco, a San José de Calasanz, a San Juan Bautista de la Salle, y a 1.000 sacerdotes más dedicarse a los pobres, a los niños, a los obreros.
4.- La sotana no le impidió a Mons. Helder Cámara ni a Mons. Oscar Romero defender a los campesinos perseguidos y masacrados.
5.- La sotana no le impidió al Cardenal Emilio Leger renunciar a su Arquidiócesis de Québec para ir a atender como simple sacerdote a niños leprosos en África.
6.- La sotana no le impidió al Padre, después Cardenal José Cardijn, fundar la Juventud Obrera Católica de Francia para defender los derechos humanos de la Juventud.
7.- La sotana no le impidió al Papa León XIII escribir la Encíclica Rerum Novarum llamada "Carta Magna de los trabajadores." Ni a Pablo VI la Populorum Progresio sobre el desarrollo de los pueblos. Ni a Juan Pablo II, ni a Juan XXIII la Mater et Magistra defendiendo a los campesinos, por mencionar algunos.
8.- La sotana no le estorbó lo más mínimo a Mons. Rafael Arias Blanco su valiente pastoral del 1 de mayo de 1957 sobre la clase obrera que apresuró la caída de la dictadura de Pérez Jiménez.
9.- La sotana no le impidió al Padre Jesuita Manuel Aguirre Elorriaga recorrer Venezuela fundando círculos obreros y cooperativas, y a otro Padre Jesuita José María Vela fundar en un cerro de Petare la maravillosa Obra de Fe y Alegría que hoy está alfabetizando el continente.
10.- Para no alargar más, las sotanas marrones de los misioneros Capuchinos y Franciscanos y de otros colores, no fueron obstáculo que nacieran más de 100 pueblos en nuestros llanos y montañas, y se escribieran libros en lenguas indígenas que fueron recogidos y editados por la Academia Nacional de la Historia y de la Lengua. Recuérdese el nombre del Padre Cesáreo de Armellada, entre otros.
Esta lista es muy incompleta. Tal vez la sigamos otro día.
La sotana no estorba, señor canciller para hacer obras sociales.
Cortesía de El Impulso. Publicado: 09-AGO-2007.
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