Liberalismo en palabras sencillas
Por EDUARDO GARCÍA GASPAR
Como parte de la serie de historias que tratan de mostrar en palabras sencillas a cada uno de los principales sistemas políticos, ahora es el turno del Liberalismo.
Usted tiene dos vacas, dos gallinas y vive razonablemente bien, producto de su esfuerzo y trabajo. En su país sube al poder un gobierno liberal.
Tiempo después, como parte de su rutina acostumbrada, usted hace una visita a la capital de su país para tratar los asuntos de la regulación del precio de los huevos y la leche.
Al llegar a la oficina de gobierno, se encuentra con que ella está cerrada y haciendo preguntas se entera de que usted ya no tiene que pedir permisos ni dar avisos sobre los precios de la leche y los huevos que usted produce. Eso es responsabilidad suya y puede hacer lo que quiera.
Ni tardo ni perezoso, usted aprovecha la oportunidad y eleva los precios de esos productos, pero resulta que sus ventas disminuyen porque existen otros productos similares que se venden a precios menores a los suyos.
No hay nada más que hacer que bajar sus precios a los del mercado. Pero a usted se le ocurre otra cosa. Se reúne con otros productores de leche y huevos para elevar los precios en conjunto.
Lo hacen, pero las ventas se reducen porque ante esa situación se han importado huevos y leche del exterior a precios más bajos.
Usted hace declaraciones en el periódico y pide asistencia gubernamental de ayuda a la industria nacional. No sucede nada y tiempo después usted se da cuenta de que lo que hay que hacer es incrementar la productividad.
Por eso, usted decide hacer algunas inversiones y va con el gobierno a solicitar los permisos de importación de alguna maquinaria y tecnología.
En el gobierno le dicen a usted que puede importar todo lo que quiera y exportar todo lo que pueda, y que deje de visitarlos para pedir permisos.
Usted hace esas inversiones y produce más huevos y más leche, por lo que decide entrar la negocio de la distribución de esos productos para lo que tiene que mudar a sus vacas y gallinas a otro lugar, donde debe cortar cinco árboles.
Usted va con el gobierno para pedir permiso para el transporte de los animales y cortar esos árboles.
En la oficina gubernamental le preguntan si los animales y los árboles son suyos. Usted responde que sí y le contestan que entonces para qué va a molestarlos a pedir permisos que no se necesitan.
Usted inaugura sus nuevas instalaciones a las que cuida con esmero pues sabe que hay oportunidades de venderlas a buen precio.
Ya que han llegado nuevas marcas de leche y huevos, usted decide lanzar nuevos productos mejorados y cuando se entera de lo que puede vender en el extranjero empieza a averiguar cómo hacerle para competir en esos mercados.
Para hacerse más fuerte, se asocia usted con uno de sus competidores y entre los dos ya tienen varias vacas y gallinas. Esto les permite reducir costos y para ello despiden a dos trabajadores, quienes protestan por eso y claman la intervención del gobierno.
Ya que no existen obstáculos para la inversión, esos empleados encuentran trabajo con relativa rapidez en otras industrias. Los artículos han bajado de precio y hay más surtido de ellos. Las personas que dependían de los contratos gubernamentales, sin embargo, la han pasado muy mal y muchas de sus empresas han cerrado provocando desempleo.
El gobierno que se ha dedicado a unas pocas cosas nada más, ha podido reducir la criminalidad y ha mejorado el servicio de justicia, lo que hace que al país lleguen más turistas y se expanda la industria del entretenimiento, la que hace grandes contrataciones de personal con sindicatos que no son políticos.
Al final, usted ya no tiene vacas ni gallinas, sino acciones de una empresa que tiene muchas vacas y muchas gallinas. Tampoco tiene que ir a cada rato a la capital a negociar permisos oficiales.
Lo único que tiene que hacer es trabajar fuerte y tratar de mantenerse al día para que no llegue un nuevo competidor y le haga daño a su empresa.
Y también al final, usted se asusta al comprender que todo es cuestión de suerte y que la suerte es del que trabaja, arriesga y se esfuerza. Usted es ahora responsable de su propio destino y el gobierno sólo se dedica a cuidar los derechos de las personas y sus bienes.
Aclárate. Publicado: 08-ABR-2012.