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Cambio de Paradigma

Por ERIC EKVALL

Uno bien podría preguntarse por qué a veces con ciertos amigos me resigno a no insistir en explicar con detalle la magnitud del fraude que el régimen sigue montando a diario (el Registro está abierto; el CNE sigue inscribiendo votantes, quizás votantes de verdad, seguramente votantes fantasmas) a fin de asegurarse una holgada victoria.

La respuesta no es fácil. Por un lado, muchas personas prefieren vivir una ilusión cómoda en lugar de enfrentar una verdad incómoda. Muchas personas sencillamente no logran cambiar de paradigma.

Cambiar de paradigma significa desechar todo lo que uno cree saber sobre un asunto y aceptar, basándose en nuevas evidencias, una nueva verdad. Nuestro planeta fue creado hace entre cinco y seis millardos de años, no es plano, y da vueltas alrededor del sol, y no al revés. Hoy aceptamos estas verdades como tales, pero hace 500 años hacía falta ser un hereje para tener creencias así, y el conjunto de dogmas de la Iglesia Católica Apostólica Romana garantizaba que al expresarlas abiertamente los herejes pagaran con su vida el atrevimiento.

Frente a las evidencias irrefutables sobre el fraude y confrontado con el hecho de que no solamente estas evidencias se han hecho públicas desde hace muchos años (aunque hayan tenido muy poco eco en los medios masivos de comunicación) sino que todos los altos dirigentes políticos y candidatos a las primarias están al tanto de esta información, el venezolano inteligente con conciencia cívica se enfrenta a un terrible dilema. O sigue aferrado al paradigma convencional (la MUD habla claro, actúa de buena fe, representa mis intereses, representa un auténtico cambio, aspira apoyar a un candidato que remplace a Hugo Chávez, etc.) o entra en un mundo desconocido, un mundo que en los mapamundis del Siglo XV los cartógrafos señalaban como Terra Incognita, poblada de monstruos. En este mundo abundan los interrogantes, y escasean las respuestas claras. El mero hecho de reflexionar sobre estos temas y hacerse estos interrogantes implica que uno está cambiando un paradigma cómodo por un paradigma terriblemente inquietante. Y para algunos eso implica coquetear con la herejía; podría pagarse caro, muy caro, ese pecado.

Por ejemplo: Si la MUD se resiste enérgicamente a reconocer, denunciar con vehemencia y rectificar el carácter fraudulento de un sistema electoral que garantizará sin duda una holgada victoria al candidato oficialista, ¿a qué intereses responde? Y la respuesta inevitable es que los líderes de la MUD no están comprometidos con un cambio de gobierno. Algunos de los candidatos, evidentemente sí y otros, aparentemente, no.

Hay un dicho en inglés, “Politics makes strange bedfellows”, cuya traducción sería algo como “en la política todo es posible” o, mejor dicho, “en la política hasta los polos opuestos se pueden juntar”. En nuestro caso, pareciera que el régimen se ha aliado con algunos poderosos jerarcas de la MUD, con el apoyo de figuras claves en los medios de comunicación, para instaurar un Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición Electoral, desde el cual se impone a la fuerza un dogma que consiste en no hablar del fraude, y así permitir no solamente la reelección (¿indefinida?) del dictador o su candidato designado sino también la instauración de un aparato burocrático opositor alimentado y controlado por el régimen, el cual fungiría cual Pueblo de Potemkin, como Partido Unido de la Oposición. Un Partido Unido de la eterna Oposición que satisfaría la necesidad de este régimen forajido, criminal y terrorista, de presentarse como legítimo a los ojos del mundo. Y para seguir alimentándose a sus anchas del erario público.

Creo que poco a poco los venezolanos opositores conscientes están cambiando de paradigma. Por supuesto cuesta mucho hacerlo. Significa deshacerse de las creencias y las lealtades reflexivas a través de las cuales uno ha ido construyendo su realidad política durante toda una vida. Significa ver con ojos muy abiertos quién es quién, de verdad. Significa, en una palabra, despertar, y ver el mundo como es, y no como uno quisiese que fuera.

Aclárate. Publicado: 08-ABR-2012.

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