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Socialismo del Siglo XXI y el negocio de la pobreza

Por ZENAIR BRITO CABALLERO

En cualquier parte del mundo, cuando la mayoría de los habitantes de un país empeoran sus niveles de vida, es mala noticia para un gobierno, pero en Venezuela las consecuencias de la mala gestión del gobierno revolucionario se transforman en un beneficio político para esos mismos gobernantes de turno.

La razón de este fenómeno es sencilla: se empieza culpando de la situación aun después de nueve años de gobierno rojo rojito a la IV Republica, sin que el régimen revolucionario se sienta responsable y luego, en nombre del “interés social y del amor a los pobres,” se reparten migajas a través de las llamadas misiones para camuflar la corrupción y comprar las voluntades de un número creciente de la población desmoralizada y reducida a niveles de supervivencia.

Durante todas las elecciones Venezolanas y la del 2 de diciembre no fue la excepción, se presiona y manipula a los pobres o necesitados para que voten por los mismos líderes políticos que les llevó a la miseria y para dicho propósito se reparte a través de dádivas o regalitos un porcentaje de los ingresos petroleros o los fondos pechados a cualquier organización o a la utilidad de algunos ingresitos que le aporta el SENIAT. Así tratan de perpetuar este estilo de explotación de la pobreza para el beneficio político y económico de unos cuantos; cuyo lucro y poder económico se acrecientan.

Cualquiera esperaría una especie de reacción masiva de la población ante esta forma nefasta de hacer política pero aquí, muy por el contrario, una gran mayoría de venezolanos y de venezolanas quizás por ingenuidad o por la manipulación de sus emociones se la acepta como algo usual y corriente. Sin embargo, no es difícil verificar que una multitud cada vez más creciente de compatriotas van careciendo de motivo racional para un optimismo en el futuro, cuando ni trabajo honrado pueden tener en el país, si permanecen fichados en las listas Tascòn o Maisanta.

Muchos son los que antes vivían mejor pero que ahora se ven obligados a gastar el último centavo de sus ahorros o terminan endeudados.

Hasta traumas psicológicos tienen por la pérdida de la capacidad adquisitiva y terminan en un verdadero descalabro físico y moral; producto de tantas privaciones y angustias. La mayoría de ellos tratan de escapar a esta situación de la que todos somos testigos saliendo del país. Los que no pueden hacerlo, quedan acorralados por la inseguridad, la delincuencia creciente y muchos se someten a esta explotación de nuestros políticos rojos rojitos, que manejan a su gusto y paladar los bienes del estado.

Mientras, los defensores de éste modelo político socialista trasnochado de los años 60 y 70 nos distraen de esta realidad basándose en propagandas gubernamentales a través de cadenas diarias en los medios de comunicación seguidores al gobierno revolucionario y los que se ven obligados por la famosa ley resorte, a los que utilizan para proyectar una falsa imagen de un paraíso de primer mundo, de un mar de la felicidad a la cubana con hipotéticas obras como remodelaciones de aeropuertos, viaductos, carreteras, estaciones del metro, ferrocarriles, urbanizaciones populares, cuando nuestros pueblos y ciudades son una verdadera vergüenza ¿Què descaro?

Es por eso cobarde, la incapacidad de reaccionar a que se nos ha sometido como ciudadanos y ciudadanas venezolanas frente a un sistema que lejos está de ser democrático y que beneficia solamente a unos pocos, a una casta que está en el poder rojo rojito vistiendo corbatas Gucci, zapatos Clark, pantalones Levis o Wrangler, chaquetas Tommy, relojes Rolex o Cartier, firmas por cierto imperialistas, durmiendo en hoteles cinco estrellas como séquitos o escoltas del teniente coronel cuando éste va a Cumbres en otros países, mientras la mayoría vive cada vez peor.

Crearon entre nosotros cierta rutina con aire de inocencia pero de un profundo populismo, demagogia, manipulaciòn y cinismo porque en realidad tratan de silenciar toda posible crítica de los medios y de la ciudadanía. Paradójicamente, son los gobernantes quienes se convirtieron en críticos de los medios. Definitivamente, quieren llevarnos a la calma de la resignación y para eso recurren a fuerzas coercitivas subyacentes; capaces de imponernos el olvido mientras nos debatimos en la rutina de la vida diaria donde nos tienen bien prisioneros.

Que esta política prebendaría sea erradicada de nuestro medio, necesitamos antes que nada una reacción ciudadana que exija consecuencias para estas conductas políticas pseudosocialistas y antidemocráticas que destruyen a nuestro pueblo, y que se castigue ejemplarmente a quienes utilizan la compraventa de votos para influenciar un resultado electoral que gracias a Dios, a la gloriosa juventud universitaria y al pueblo opositor unido, no dio el resultado refrendario al si el pasado 2 de diciembre, para que el teniente coronel se perpetuara en el poder e impusiera a los venezolanos y a las venezolanas un Socialismo-Comunismo a la cubana.

Cortesía del autor. Publicado: 21-DIC-2007.

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