La falsa representación socialista de la Economía de Mercado
Por LUDWIG VON MISES
Los cimientos económicos de la Libertad es un documento escrito por el profesor Ludwig von Mises y cuya traducción al castellano fue hecha por Hugo Donner. Debido a la extensidad documento y para facilitar su lectura, Aclárate reproduce el texto intacto y completo, pero repartido en siete entregas y a continuación esta la tercera.
Todos los hechos concernientes a la operación del sistema capitalista son presentados falsamente y distorsionados por los políticos y escritores que se arrogaron a sí mismos la etiqueta del Liberalismo, la corriente de pensamiento que en el siglo XIX demolió el dominio arbitrario de las monarquías y aristocracias y pavimentó el camino para el libre comercio y la libre empresa.
Según lo ven estos defensores de un regreso al despotismo, todos los males que acosan a la humanidad se deben a siniestras maquinaciones de las grandes empresas. Lo que se necesita para conseguir riqueza y felicidad para toda la gente decente es colocar a las corporaciones bajo un estricto control gubernamental. Admiten, aunque tangencialmente, que eso significa la adopción del Socialismo, el sistema de la U.R.S.S. Pero afirman que el Socialismo será algo completamente diferente en los países de la civilización occidental de lo que es en Rusia. Y de todas formas, dicen, no hay ningún otro método para privar a las mastodónticas corporaciones del enorme poder que han adquirido, y prevenir que sigan dañando los intereses de la gente.
Para contrarrestar toda esa propaganda fanática, se necesita enfatizar una y otra vez la verdad de que son justamente las grandes empresas las que han posibilitado la mejora sin precedentes del standard de vida de las masas. Artículos de lujo para unos pocos ricos pueden ser producidos por pequeños negocios. Pero el principio fundamental del Capitalismo es la producción para la satisfacción de los deseos de muchos. Las mismas personas que son empleadas por las grandes corporaciones son los principales consumidores de los bienes producidos. Si se mira alrededor en el hogar de un asalariado americano promedio, se verá claramente para quién giran los engranajes de las máquinas. Son las grandes empresas las que hacen que los logros de la tecnología moderna sean accesibles al hombre común. Todos se benefician de la alta productividad de la producción a gran escala.
Es tonto hablar del “poder” de las grandes empresas. La verdadera marca característica del Capitalismo es que el poder supremo en todos los asuntos económicos está depositado en las manos de los consumidores. Todas las grandes empresas crecieron desde comienzos modestos a la grandeza porque el apoyo de los consumidores las hizo crecer. Sería imposible para firmas pequeñas o medianas producir aquellos productos de los cuales ningún americano del presente querría prescindir.
Cuanto más grande es una corporación, tanto más depende de la disposición del consumidor a comprar sus productos. Fueron los deseos — o como algunos piensan, la locura – de los consumidores, los que llevaron a la industria automotriz a producir automóviles cada vez más grandes, y hoy a que sean cada vez más chicos. Las cadenas de tiendas y tiendas de departamentos están bajo la presión de ajustar sus operaciones nuevamente cada día para adaptarse a los caprichos cambiantes de sus clientes. La ley fundamental del mercado es: El consumidor siempre tiene la razón.
El que siempre critica la conducta de los negocios y cree que conoce mejores métodos para proveer a los consumidores no es más que un charlatán ocioso. Si piensa que sus propias elucubraciones son mejores ¿porqué no las intenta él mismo?
Siempre hay en este país capitalistas atentos buscando una inversión rentable para sus fondos, que gustosamente proveerían el capital requerido para cualquier innovación razonable. El público siempre estará deseoso de comprar lo que sea mejor o más barato, o mejor y más barato. Lo que cuenta en el mercado no son los sueños fantásticos, sino la acción. No fue hablando que los magnates se hicieron ricos, sino sirviendo a los consumidores.
Aclárate. Publicado: 15-ABR-2010.
Los cimientos económicos de la Libertad:
1.— La Libertad como un postulado de la moral, La brega por la Libertad y La supremacía de los consumidores
2.— Los aspectos políticos de la Libertad
3.— La falsa representación socialista de la Economía de Mercado
4.— La acumulación de capital beneficia a todos
5.— El bienestar económico amenazado por el Estatismo
6.— No hay libertad personal sin libertad económica
7.— El significado del derecho efectivo al disenso
Von Mises fue economista y filósofo social austrohúngaro, considerado el decano de la Escuela Austríaca de Economía. Recibió el Premio Nobel de Economía. Falleció en 1973.